sábado, 19 de febrero de 2011

Carta abierta a Alejandro Sanz

Del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Cultura:

-Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.

- Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.


Estimado señor:

He leído atentamente su artículo titulado "Es la dictadura de los Señores de la Red" publicado en la edición digital del periódico “El País” y me gustaría comentar detenidamente algunos puntos del mismo. Para empezar, no para de repetir la palabra ‘cultura’ y me gustaría que me explicara en que parte de la definición de ‘cultura’ entra su música. Tiene toda la razón cuando dice que hay que proteger la cultura. Quizá terminaríamos antes si define que es para usted la cultura, porque salta a la vista que discrepamos en su significado. Me temo que me sobran motivos para decir esto pues, si escucho cualquiera de sus canciones, no me aporta absolutamente nada, ni siquiera me entretienen, es más, me resultan aburridas, repetitivas y empalagosas. Espero que el hecho de no gustarme su ‘cultura’ no sea un delito.

Habla de caciques, habla de políticos hipócritas y cobardes (no es mi intención negar estos dos últimos adjetivos) y sin embargo, ahí está usted disparando balas de cañón, quejándose de que no gana suficiente dinero cuando no hace mucho cantaba eso de “pero mi voz no te la vendo”. Mire, a mi me gusta escribir, lo hago en mis ratos libres y cuando me apetece. Si lee cualquier entrada de mi blog, no tardará en llegar a la conclusión de que mis relatos son mediocres, carentes de imaginación, están mal escritos e incluso tienen faltas de ortografía, soy consciente de ello, pero de todas formas disfruto haciéndolo y no cobro ni un duro, si usted se fija, ni siquiera está activada la opción “monetizar” que ofrece Google. Yo tampoco hago cultura, pero opino que la expresión artística debería ser gratuita, libre para todos, el verdadero arte nace del corazón. Claro, yo no vivo de escribir, y entiendo que usted, que se dedica a la música, tenga que cobrar por su producto, además hay mucha gente trabajando detrás, gastos, fábricas, servidores de internet, etc. que mantener y pagar. Es comprensible y ahí no le voy a quitar la razón. La diferencia radica en que usted emite un PRODUCTO, no cultura. Vende su producto, no vende cultura (y gracias al Monstruo Espagueti Volador que no lo hace), e incluso me resultaría extraño llamarlo arte. Ya que habla de preguntas sin responder y de que nos falta valor, ¿me podría decir usted cuantos profesores de instituto y/o universidad poseen mansiones en Miami? ¿Por qué las personas que de verdad entregan su vida a la cultura tienen la dichosa manía de morir en la pobreza o en sus límites? Yo más que artista o músico lo nominaría empresario. No disfrace las cosas de lo que no son, que huele y usted queda peor. Además, no le debe ir muy mal teniendo tanto dinero, ¿acaso quiere más? Cuide porque la avaricia rompe el saco.

Creo que no se ha dado cuenta de que está tirando piedras a su propio tejado. Para empezar está dañando su imagen. Le voy a poner un ejemplo: Pepe Pepín fabrica reproductores VHS y, un nefasto día, un desaprensivo inventa el DVD. Mr. Pepín comienza a tener pérdidas, ya nadie compra sus VHS. Si no actúa rápido irá la quiebra, y la competencia ya está vendiendo reproductores para DVDs.

Su negocio, Don Sanz, está muriendo al igual que el del señor Pepín. Entiendo que usted sería de la opinión de prohibir los DVDs, o convencer al vulgo de que los VHS son mejor. La solución no es cambiar al mundo, sino su negocio, reenfocarlo por otro camino de acorde a los tiempos modernos, se está equivocando de dirección, queda advertido. Pinta usted las cosas blancas o negras sin contemplar otras opciones (típico) “O se aprueba la ley Sinde o la cultura morirá”, es más o menos la sinopsis de su artículo. Palabras nada más lejos de la realidad. Sin duda habla bajo su interés, el de su discográfica, el de los propios políticos, y los estafadores de “La Innombrable”, no defiende la cultura. Para creerse un salvador se anda con demasiadas medias verdades. La palabra que se me ocurre es: Farsante.

Es tan fácil tachar de fascista mientas solo ofrece una solución, la suya. Hágame el favor de abrir ahora mismo el DRAE y la wikipedia y buscar que es el fascismo. Por lo demás me ahorraré comentarios a otros tantos sofismas patéticos (y alguna pendiente resbaladiza) hábilmente deslizados en su artículo.

Ahora le voy a proponer un ejercicio de imaginación. Supongamos pues que usted, y todos los cortados con el mismo patrón de su cuadrilla musical fueran considerados creadores de cultura, nos veríamos obligados a pagar con nuestros sueldos mil-euristas cualquier pizca de cultura que quisiéramos escuchar, en consecuencia reduciríamos drásticamente la cantidad de cultura adquirida. ¡Coño! Justo al revés de lo que dice usted o el señor presidente de “La Innombrable”. Quítese ese disfraz de comprometido, haga el favor, la cultura es incompatible con el afán de lucro. Por suerte, y como he dicho antes, gracias al Monstruo Espagueti Volador no es cultura de lo que usted habla. Sus discursillos pro cultura solo son eso, palabrería espesa y falaz en un desesperado intento de cambiar la opinión de la masa, y hacerle creer que su trabajo tiene alguna relevancia. Siento desilusionarle pero su obra no vale un pimiento.

No sé muy bien quien se ha creído usted que es, verá, porque a mucha gente le guste, porque mucha gente haya comprado su disco o se lo haya bajado de la mula no quiere decir que esté fabricando cultura ni mucho menos. En la antigua Roma iba mucha gente al circo, también mucha gente ve Gran Hermano ¿Llama a todo eso cultura? ¿O nos está haciendo comulgar con ruedas de molino? Aquí le ofrezco una bofetada de realidad: Usted solo es un músico más, cantante de ñoñerías, simplemente ha tenido suerte y la oportunidad de gastar una millonada en marketing. Otros no son tan afortunados, y muchos lo hacen por amor al arte.

La cultura es un bien muy preciado, y usted la está insultando, por favor, si le queda algo de dignidad admita lo que realmente es y deje de tomarnos el pelo.

Un saludo cordial.

I. Guerrero

Memorándum

Estoy vivo... solamente algo asocial.